La purificación del Templo (Juan 2:13-22)


Lea Juan 2:13-22
Los versículos 13-22 contrastan con el pasaje anterior. Después del gozo de las bodas de Caná nos encontramos aquí con un conflicto. En vez de hallar fe descubrimos enemistad y malos entendidos en Jerusalén y, sobre todo, en el templo, lugar en donde se esperaría reverencia por las cosas del Señor; pero no la hay, sino más bien personas que desean sacar provecho de la gran afluencia de los peregrinos.
Juan 2:13. Desde Capernaúm viajaron al sur para celebrar la Pascua. Esta ceremonia se cumplía todos los años en el templo de Jerusalén. Cada judío debía hacer un peregrinaje hacia esa ciudad (Deuteronomio 16:16). Era una fiesta que duraba una semana (la Pascua se realizaba el 14 de Nisán y la Fiesta de los Panes sin Levadura se prolongaba por el resto de la semana). Todo este tiempo se conmemoraba la liberación de los judíos de la esclavitud de Egipto (Éxodo 12:1-13).
Salomón construyó el primer templo unos mil años antes (949 a.C.), pero los babilonios lo destruyeron (2 Reyes 25). El templo se reconstruyó en 515 a.C. y Herodes el Grande lo engrandeció y remodeló. Posiblemente inició la reparación y embellecimiento del templo en el año 20 a.C., así que el relato puede ubicarse en el año 26 d.C.
Con la frase “la subida” a Jerusalén se hace pensar que la pascua judía cualifica un momento solemne. Sin embargo consideramos que la expresión “la Pascua de los judíos” hace una distinción de ella con “la fiesta del Señor” (Levítico 23:2).
¿La fiesta del Señor había llegado simplemente a ser una fiesta de los judíos?
Juan 2:14. A pesar de la presencia de miles de visitantes de todas partes, los líderes religiosos se mostraban indiferentes ante la aglomeración que se formaba en el acceso al templo. Esta situación se agravaba porque permitían que los cambistas y mercaderes instalen sus puestos en el atrio de los gentiles. Establecieron esta práctica como una manera de ayudar a los adoradores y una forma de obtener dinero para el mantenimiento del templo.
Los impuestos del templo tenían que pagarse con moneda local, de manera que los extranjeros tenían que cambiar su dinero con los cambistas, los que a menudo eran deshonestos e imponían altas cotizaciones.
Debido a los viajes tan largos que realizaban, muchos peregrinos no llevaban sus animales. Además, en la mayoría de ocasiones, los animales que presentaban eran rechazados, pues se argumentaba que eran imperfectos. Los vendedores de animales tenían un negocio floreciente en el patio del templo. El precio de los animales para el sacrificio era más alto en el templo que en cualquier otro lugar.
Juan 2:15-16. Jesús hizo un látigo y echó fuera del Templo a todos. Actuó así:

  • Porque se estaba profanando la casa de Dios.
  • Para mostrar que toda esa parafernalia de sacrificios animales era totalmente impertinente.
  • Porque el atrio de los gentiles era el único al que podían acceder los que no fueran israelitas. Según Marcos 11:17 la casa “será llamada casa de oración para todas las naciones”.

Cuestiones de la resistencia. ¿Qué piensa? Apunte sus ideas.

Resistencia ejemplificada

Resistencia prohibida

“Y les dijo:—Pues ahora el que tiene bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y compre una.” (Lucas 22:36)

¿Sanciona la autodefensa pero no la agresión?

“Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;” (Mateo 5:39)

¿No debemos abrigar sentimientos de resentimiento?

“e hizo un azote de cuerdas y echó fuera del Templo a todos, con las ovejas y los bueyes; también desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas;” (Juan 2:15)

¿El azote fue aplicado a los animales pero no a sus dueños?

“Entonces Jesús le dijo:—Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que tomen espada, a espada perecerán.” (Mateo 26:52)

¿Es verdad que la violencia no puede producir nada más que violencia?

Apuntes:

Juan narra la limpieza del templo al principio del ministerio de Jesús. Los otros tres evangelistas la ponen al final. ¿Quiere decir que Jesús purificó el templo dos veces? ¿La ubicación en los libros está relacionada con la importancia que le da cada evangelista a este episodio?

Haga apuntes de cada referencia para identificar y comparar los detalles y las citas específicas.

Mateo

21:12–17

Marcos

11:12–19

Lucas

19:45–48.

Juan

2:13-22

Juan 2:17-18. La purificación del templo provocó dos situaciones:
Los discípulos se acordaron de un pasaje del Salmo 69. Jesús interpretó la corrupción en el templo como un insulto a Dios y fue enérgico. La ira santa en contra del pecado y la falta de respeto a Dios le consumía.
Los judíos le preguntaron a Jesús qué derecho tenía para actuar así y le exigieron que demostrará su origen divino y su poder por medio de un milagro. ¡Pero acabaron de ver una señal de la autoridad impresionante de la persona en medio de ellos! Sin embargo, la señal requerida era de un tipo diferente de la que se menciona en el v. 11.

Los discípulos se acordaron del Salmo 69:9. El que trajera este versículo a la memoria era señal de que se estaban dando cuenta, cada vez más, de que Jesús era el Mesías.

“Entonces recordaron sus discípulos que está escrito: «El celo de tu casa me consumirá»” (Salmo 69:9)

Haga apuntes de lo que aprendemos de Jesús según las citas del Nuevo Testamento.

Salmo 69:4

Juan 15:25

Salmo 69:9ª

Juan 2:17

Salmo 69:9b

Romanos 15:3

Salmo 69:20

Mateo 26:36-38

Salmo 69:21

Juan 19:28-29

Salmo 69:22

Romanos 11:9-10

Juan 2:19. Destruyan este templo.

Los judíos pensaron que Jesús se refería literalmente al templo, pero Juan nos dice que no (v. 21). Años más tarde, Jesús fue acusado de decir que él destruiría el templo y lo levantaría otra vez (Mateo 26:60-61) y los burladores repetían el cargo en su contra mientras estaba colgado en la cruz (Mateo 27:40).

Juan 2:13-22

Estaba cerca la Pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén.

Encontró en el Templo (hieron) a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas que estaban allí sentados

e hizo un azote de cuerdas y echó fuera del Templo (hieron) a todos, con las ovejas y los bueyes; también desparramó las monedas de los cambistas y volcó las mesas;

y dijo a los que vendían palomas: —Quitad esto de aquí, y no convirtáis la casa (oikos) de mi Padre en casa de mercado.

Entonces recordaron sus discípulos que está escrito: «El celo de tu casa (oikos) me consumirá».

Los judíos respondieron y le dijeron: —Ya que haces esto, ¿qué señal nos muestras?

Respondió Jesús y les dijo: —Destruid este templo (naos) y en tres días lo levantaré.

Entonces los judíos dijeron: —En cuarenta y seis años fue edificado este Templo (naos), ¿y tú en tres días lo levantarás?

Pero él hablaba del templo (naos) de su cuerpo.

Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.

 

Vine, W.E. explica el significado de estas palabras griegas:

  1. jieron Se emplea como nombre, denotando un lugar sagrado, templo: el de Artemisa (Diana, Hch 19.27); el de Jerusalén (Mc 11.11), significando todo el edificio con sus recintos, o alguna parte del mismo, en distinción a naos, el santuario interior (véase Nº 2). Cristo enseñaba en uno de los atrios, al que tenía acceso todo el pueblo. Jieron nunca se emplea en sentido figurado. [También se escribe la palabra griega hieron.]
  2. naos, santuario. Era utilizado:
    (a) entre los paganos, para denotar el santuario conteniendo el ídolo (Hch 17.24; 19.24);
    (b) entre los judíos, el Lugar Santísimo del templo, en el que solo los sacerdotes podían entrar legítimamente (Lc 1.9,21,22); Cristo, al pertenecer a la tribu de Judá, y no ser por tanto un sacerdote mientras vivía sobre la tierra (Heb 7.13, 14; 8.4), no entró en el naos; para 2 Ts 2.4, véase Nota (más abajo);
    (c) metafóricamente, utilizado por Cristo de su propio cuerpo físico (Jn 2.19,21);
    (d) en la enseñanza apostólica, en sentido metafórico:

    1. de la Iglesia, el cuerpo místico de Cristo (Ef 2.21);
    2. de una iglesia local (1 Co 3.16,17; 2 Co 6.16);
    3. del actual cuerpo del creyente individual (1 Co 6.19);
    4. del templo visto en visiones en el Apocalipsis (3.12; 7.15; 11.19; 14.15,17; 15.5,6,8; 16.1,17);
    5. del Señor Dios Todopoderoso y el Cordero, como el Templo de la nueva Jerusalén celestial (Ap 21.22).
  3. oikos denota:
    (a) casa, morada
    (Mt 9.6, 7; 11.8). Se usa del tabernáculo, como la casa de Dios (Mt 12.4), y similarmente del templo (Mt 21.13; Lc 11.51: «templo», rv, rvr, rvr77; «santuario», vm; Jn 2.16,17); el Señor lo llama «vuestra casa» en Mt 23.38 y Lc 13.35 (los hay que consideran que se trata aquí de la ciudad de Jerusalén); se usa metafóricamente de Israel como casa de Dios (Heb 3.2,5), donde «su casa» no es la de Moisés, sino la de Dios; de creyentes, similarmente (v. 6), donde se habla de Cristo como «sobre la casa de Dios» (Heb 10.21; 1 P 2.5; 4.17); del cuerpo (Mt 12.44; Lc 11.24);

 

Ayudas para la comprensión – el comentario explícito –

Juan 2:19-22 es un buen ejemplo del uso del comentario explícito.
Jesús les respondió: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré.”
Los judíos le contestaron:
“En cuarenta y seis años fue edificado este Templo, ¿y tú en tres días lo levantarás?” (Interpretación falsa)
“Pero él hablaba del templo de su cuerpo.” (Interpretación correcta)
“Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos recordaron que había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había dicho.” (Historia de la recepción)
Mediante ese comentario explícito, conocemos el tiempo que fue necesario para llegar a la verdadera comprensión de las palabras de Jesús, a la luz de la Resurrección.
 

El pacto de Dios con David (2 Samuel 7:10-16)

La frase “él edificará casa a mi nombre” (v. 13) muestra que Jesús edificará un templo para Dios – tanto literal como espiritual. Ezequiel 40-48 describe que en el Milenio (los primeros 1000 años del reino de Dios después de que Jesús regrese a la tierra) se edificará un templo en Jerusalén.

La “casa” de Dios está donde Él esté dispuesto a vivir. En Isaías 66:1-2 se nos dice que “Pero y miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra.”

Por lo tanto, Jesús está edificando un templo espiritual, formado por los verdaderos creyentes, para que Dios lo habite. Descripciones de Jesús como la piedra base del templo de Dios (1 Pedro 2:4-8) y de los cristianos como las piedras del templo (1 Pedro 2:5), ahora adquieren sentido.

FIESTAS JUDÍAS Y DÍAS SAGRADOS

Fiesta o día

Día de celebración

(y equivalencia aproximada en nuestro calendario)

Referencias

Sábado

Cada 7 días

Ex 20.8–11; Lv 23.3; Mt 12.1–14; Heb 4.1–11

Luna nueva

El primer día del mes lunar

Nm 10.10; Nm 28:11–15; 1 S 20.5–6, 29; 2 R 4.23; Am 8.5

Año de jubileo

Cada 50 años

Lv 25.8–11; 27.17–24; Nm 36.4

Pascua

14 de nisán (marzo–abril)

Ex 12:1–14; Lv 23.5; Jn 2.13

Pan sin levadura

15–21 de nisán (marzo–abril)

Ex 12.15–20; 13.3–10; Lv 23.6–8; Mc 14.1, 12

Primicias (primera cosecha)

16 de nisán (marzo–abril)

Lv 23.9–14

Semanas (Pentecostés)

de siván (mayo–junio)

Ex 23.16; Lv 23.15–21; Hch 2.1

Trompetas (luego llamada Rosh Hashana o Año nuevo)

1 de tishri (septiembre–octubre)

Lv 23.23–25; Nm 29.1–6

Día del perdón (Yom kipur)

10 de tishri (septiembre–octubre)

Lv 16; 23.26–32; Heb 9.7

Tabernáculos

15–21 de tishri (septiembre–octubre)

Lv 23.33–36a, 39–43; Jn 7.2, 37

Reunión solemne

Dedicación (Hanuká)

22 de tishri (septiembre–octubre)

25 de quisleu (noviembre–diciembre)

Lv 23.36b; Nm 29.35–38

Jn 10.22

Purim

14–15 de adar (febrero–marzo)

Est 9.18–32

Punto de reflexión

Hay que pensar en:

  • la manera en que yo practico la verdadera adoración a Dios.
  • la calidad de mi fe: ¿es una creencia vaga o una confianza firme?

Para servir y adorar a Dios se requiere de reverencia y sinceridad. Los vendedores y cambistas en el atrio del templo hacían lo que Pablo llama en 1 Timoteo 6.5 “tomar la piedad como fuente de ganancia”. La verdadera adoración se debe practicar con un corazón sincero, que no tenga doble intención.
El que Jesús hablara de su cuerpo como templo demuestra que todo lo que se hacía en el templo se cumplió en Él. Esto se explica en la carta a los Hebreos 10:11-12, cuando dice:

“Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados, pero Cristo, habiendo ofrecido una vez y para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios”.

Llaman la atención las palabras “una vez y para siempre un solo sacrificio”. Su sacrificio es suficiente para perdonar todos nuestros pecados.