El sembrador

La parábola está en Mateo 13:1-9 y la explicación en Mateo 13:18-23.

Acerca de:

Cierto

Falso

la naturaleza

las costumbres familiares

los incidentes de la vida diaria

los acontecimientos recientes

los acontecimientos ocasionales

eventualidades improbables

un acontecimiento típico

Enumera a los protagonistas y sus características:

Enumera los objetos o animales referidos:

La enseñanza principal de esta parábola consiste en:

¿Cómo actuaría yo en circunstancias análogas?

Reflexiones y conclusiones secundarias:

Lea también Marcos 4:1–9, 13–20; Lucas 8:4–8, 11–15.

La semilla cayó:

¿Qué pasó con la semilla?

¿Qué significa?

1. junto al camino

2. en pedregales

3. entre espinas

4. en buena tierra

Hacemos una comparación

Mateo 13:1-9, 18-23.

Marcos 4:1-9,13-20

Lucas 8:4-8, 11-15.

Introducción

v.3

v.3

v.5

El fruto

v.8

v.8

v.8

Parábola(s)

v.10

v.10

v.9

El por qué

v.17

v.12

v.10

Semilla quitado por…

v.19

v.15

v.11

Antecedentes

Los capítulos 11 y 12 de Mateo nos han mostrado una profunda división entre aquellos que oyeron las enseñanzas de Jesús y una amplia variedad de respuestas. Las parábolas que forman el grueso del capitulo 13 nos explican por qué la predicación de la palabra de Dios produce respuestas tan variadas, y remarcará la naturaleza radical de la elección que presenta.
El discurso está estructurado cuidadosamente. Primero, está la parábola introductoria del sembrador (vs.3–9). Esta es seguida por un interludio que enfoca sobre el propósito que tienen las parábolas (vs.10–17) y una explicación de la parábola del sembrador (vs.18– 23). Luego hay tres parábolas de crecimiento: la cizaña (vs.24–30); el grano de mostaza (vs.31, 32); y la levadura en la harina (v.33). Esto es seguido por otro interludio, que trata el propósito de las parábolas (vs.34, 35) y una explicación de la parábola de la cizaña (vs.36–43), y luego tres parábolas más: el tesoro (v.44); la perla (vs.45, 46); y la red (vs.47–50). Finalmente, está la parábola de conclusión acerca del padre de familia (vs.51, 52).
Esta parábola del sembrador, con sus cuatro “escenas”, indica que la respuesta no sólo depende del mensaje del evangelio (es la misma semilla en cada caso), sino también en el grado de una buena disposición de los oyentes para recibirla. Las tres áreas improductivas (el camino, los pedregales y los espinos) son interpretadas en los vs.19–22 como representando diferentes tipos de escuchas:

  • aquellos que simplemente no quieren escuchar,
  • aquellos cuya respuesta es sencillamente superficial y
  • aquellos que están preocupados con otros intereses.

Las tres son situaciones familiares a nosotros hoy en día. Los discípulos, por lo tanto, no debieran estar sorprendidos por las respuestas divididas ante la predicación de Jesús.
 

Un método principal de instrucción

Jesús habló en parábolas ¿por qué? Tenemos la tendencia a pensar en parábolas como relatos ilustrativos, pero la palabra parábola es más amplia: transmite, además, el sentido de expresiones misteriosas que no llevan su significado en la superficie. Una parábola requiere interpretación. Como una caricatura, en sí misma no es más que un relato o cuadro; el reto está en poder penetrar en su significado. Por esa razón la misma parábola, sin explicación, para algunos da luz y para otros los deja en oscuridad. Este es el tema que se explora especialmente en los vs.10–17, que son cruciales, donde el entendimiento de los discípulos y la ceguera de las multitudes insensibles son contrastados.
Como lo indica el v.12, lo que uno cosecha de cualquier cosa depende de lo que uno siembra. Igualmente con parábolas: el mismo mensaje, como lo ha indicado la parábola del sembrador, ha de recibir respuestas diferentes dependiendo de la receptividad del oyente. Al explicar las parábolas a sus discípulos Jesús les abrió los misterios del reino de los cielos. Tiene su propia lógica, que el razonamiento humano no puede penetrar; su verdad debe ser revelada. El ser un discípulo significa asistir a la escuela de la revelación.
Jesús no está diciendo aquí que las parábolas están diseñadas para esconder la verdad, y de esa manera cerrar la entrada a tales personas al reino de los cielos, sino que en realidad no todos tienen la habilidad de penetrar en su significado. Dicha habilidad es algo dada a los discípulos.
 

Un resumen del contenido de la parábola

Mateo 13:3, 18 ¿Quién es el sembrador? Parece ser que la idea central de la parábola es que pese a los fracasos en la siembra, aguarda una gran cosecha. Por eso el sembrador aludido no es otro sino Jesús mismo. Había estado predicando y enseñando acerca del reino de Dios. Sin embargo a cada paso esta predicación había experimentado oposición radical y abandono de parte de algunos seguidores (Juan 6:60).
Mateo 13:19; Lucas 8:11 La semilla es la palabra de Dios y se cae en cuatro tipos de tierra: tres áreas improductivas (el camino, los pedregales y los espinos) y tierra buena. Se nota que diablo, Satanás y el malo es la explicación únicamente para la primera área improductiva, el camino. La semilla es devorada inmediatamente por las aves. Jesús nos proporciona una visión muy clara en el significado de las palabras ´diablo´ (Lucas), ´Satanás´ (Marcos) y ´el malo´ (Mateo). Por implicación, el diablo, Satanás y el malo son intercambiables y llevan el mismo significado en esta parábola. Representa aquellas personas que, al instante, rechazan la palabra de Dios. El pecado es que, por su propia voluntad, la palabra no tiene autoridad ni valor. Éste es el desafío que presenta cualquiera que niega la existencia de Dios o se niega a aceptar la autoridad de Dios.
Lo que pasa con las otras dos áreas improductivas, nos explica cómo las condiciones de la vida diaria afectan nuestra fe. La tierra con poco profundidad que causa la germinación rápida pero no permite la raíz en sí, representa aquéllos que pierden la fe ante la persecución. La tierra llena de cizañas que estrangulan las plantas representa la fe ahogada a través de las preocupaciones mundanas.
Es importante notar que el diablo (Satanás o el malo) no se implica en el destino de aquéllos que marchitan bajo la persecución ni aquéllos que son ahogados a través de placeres mundanos. Jesús no habla del diablo o Satanás como responsable para los pecados de debilidad. Se dedican estos nombres a personificar el pecado más fundamental, el orgullo humano que rechaza la autoridad de la palabra de Dios.
Observamos la reacción de la buena tierra:

Mateo 13:23 …es el que oye y entiende la palabra, y da fruto…
Marcos 4:20 …son los que oyen la palabra, la reciben y dan fruto…
Lucas 8:15 …son los que…retienen la palabra oída, y dan fruto…

 

Una lección para nosotros

El problema radica en quienes oyendo el mensaje no lo entienden y no lo aplican en sus vidas. Cuando la semilla cae en buena tierra, dará su fruto. En esta manera Jesús aseguró a sus discípulos que, a pesar de las hostilidades y las respuestas inadecuadas, habría una cosecha. Aun en la buena tierra, sin embargo, hay lugar para alguna variación en el grado de productividad, a ciento, a sesenta o a treinta. En otras palabras, los discípulos no pertenecen a un solo tipo o tamaño, y en el reino de Dios hay lugar para lo ordinario como también para lo espectacular (Gálatas 3:26-29; Santiago 2:9; 1 Corintios 3:6-7).
No es meramente el oír la palabra lo que importa, sino la comprensión (vs.19, 23). De esta manera la parábola del sembrador se prepara para los vs.10–17, donde se hace una distinción aguda entre los oidores que no comprenden las parábolas y aquellos que poseen el deseo para resolverlas. Diciendo en otra manera, consiste en una parábola que encierra otras parábolas. Por lo tanto, es apropiado que concluya en el v. 9 con una apelación a todos nosotros a que nos demos cuenta; la forma en que oímos porque de allí depende y se determinará si nuestro discipulado es fructífero.
(Mateo 13:9; Lucas 8:8) … El que tiene oídos para oír, oiga.
Estas son palabras sencillas pero con un significado profundo. Son repetidas 15 veces en el texto del Nuevo Testamento. ¡El mensaje para nosotros debe ser importante! Descubre el contexto de las otras regencias en el Nuevo Testamento.