Una denuncia robusta

Pero estos blasfeman de cuantas cosas no conocen; y en las que por naturaleza conocen, se corrompen como animales irracionales.
¡Ay de ellos!, porque han seguido el camino de Caín, se lanzaron por lucro en el error de Balaam y perecieron en la contradicción de Coré.
Judas dice que los falsos maestros critican cosas que no entienden por eso no tienen discernimiento espiritual. No entienden más que de los instintos carnales que tenían en común con las bestias irracionales. En el contexto del primer siglo, estos hombres no tenían experiencia del Espíritu en los asuntos de la formación de las primeras iglesias. Afirman ser sabios pero están llenos de ignorancia espiritual. Como decía Pablo (1 Corintios 2:14):
“Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura; y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.”
Por lo tanto, eran ciegos y despreciaban todas las realidades espirituales. Hablaban contra los líderes de las iglesias que tienen la dirección del Espíritu Santo. Proclamaban ser hombres con mentes iluminadas, pero se comportaban más como animales. ¡Estas son palabras muy duras!
La palabra blasfemar en el v.10 quiere decir “hablar con reproche” o “calumniar”. Las circunstancias son muy lamentables en la actualidad porque nos preguntamos si sus palabras son para quienes han conocido algo de la voluntad de Dios. Por eso Judas pasa a una escena para señalar lo peligroso que son estos falsos maestros (vs.3-4). Judas describe a hombres en la historia de Israel que han perdido toda conciencia de las cosas espirituales. Son: Caín, Balaam y Coré (Génesis 4:1–16; Números 16:22–24; Números 25:1–9)
Judas identifica estos tres personajes famosos que son ejemplo de los efectos desastrosos del celo, el orgullo y la avaricia. Son tres casos de hombres rechazando la luz de la verdad una vez aceptada. Los descendientes contemporáneos de ese trío tienen celo del progreso cristiano de otros y de ese modo buscan arrastrarlos a la inmoralidad.
Observamos primeramente que Caín era un labrador en el campo. Balaam era un profeta y Coré, un príncipe en Israel. Sugerimos que representan todos los niveles de la sociedad antigua. Se puede ver de los ejemplos que Judas nos da de los tres hombres que la apostasía había entrado en todos los niveles de la iglesia en el primer siglo.
El primer ejemplo: “Han seguido el camino de Caín”, el hijo de Adán, se enfrentó a su hermano Abel.
Lea Génesis 4:1-16 y haga su propio resumen de lo que pasó.

 
 
 

¿Qué es el camino de Caín?
En Génesis 4 se nos dice que Caín trajo un sacrificio a Dios del fruto de la tierra. Abel ofreció un cordero del rebaño (Hebreos 11:4). ¿Por qué fue aceptada la ofrenda de Abel y no la de Caín? Hay que recordar que la tierra había sido maldita (Génesis 3:17). Nos imaginamos que ambos hermanos fueron enseñados por sus padres de los principios y verdad de Dios. Por eso sugerimos que sabían que no podían presentarse delante de Él sin el derramamiento de la sangre en un sacrificio. La ofrenda de Caín – el fruto de la tierra – entonces fue un hecho de desobediencia. Caín asesinó a su hermano y, aparentemente, se arrepintió (Génesis 4:13). Aparentemente lo aceptó y lo puso bajo su protección (Génesis 4:15). Sin embargo, dio espalda a la misericordia de Dios. “Salió, pues, Caín de delante de Jehová.” (Génesis 4:16). Era incrédulo, no creía en Dios y siguió un camino de violencia con sus descendientes.
Los judíos hablaban mucho del camino por el que había de andar.
Lea las siguientes referencias y ponga en sus propias palabras la lección que recibimos.

El camino
Deuteronomio 5:32-33
Deuteronomio 31:29
Salmo 27:11
Isaías 30:21
Isaías 35:8
Juan 14:6

Para los falsos maestros, Caín es su ‘ídolo’. Siguieron su camino de la incredulidad porque no creían en Dios ni en el orden moral. Hallamos referencias a esto en Salmo 1 y Proverbios 16:25.
Cuando Abel fue asesinado, vertió la primera sangre en la controversia religiosa. Caín volvió a ser un tipo de la apostasía “En ella se halló la sangre de los profetas y de los santos y de todos los que han sido muertos en la tierra.” (Apocalipsis 18:24). Abel es un ejemplo de “la semilla de la mujer” quien “guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo.” (Apocalipsis 12:17).
El segundo ejemplo: “se lanzaron por lucro en el error de Baalam”.
Lea Números 22 y haga su propio resumen de lo que pasó.

 
 
 

¿Qué es el error de Balaam?
Es el gran ejemplo de los que enseñaron a pecar a Israel. En Números 22 a 24 se nos dice que el rey Balac de Moab intentó convencer a Balaam para que maldijera al pueblo de Israel. Más tarde, en Números 25, Israel es seducido a dar culto a Baal con terribles consecuencias morales porque en Números 31:8,16 se nota que Balaam es responsable de esa seducción. Balaam era un verdadero profeta pero reveló su indignidad por medio de su enemistad contra el pueblo de Dios. A Balaam se le ofreció dinero para maldecir a Israel. Después que Dios prohibió las maldiciones, Balaam condujo a Israel al pecado.
Para los falsos maestros, Baalam es su “modelo”. Representa al hombre codicioso que está dispuesto a pecar para obtener algún beneficio. La magnitud de su maldad y ejemplo entre el pueblo se puede ver en lo que dice el Señor a la iglesia en Pérgamo:

“Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos y a cometer fornicación.” (Apocalipsis 2:14)

Identifique referencias en Números 23 – 25 que apliquen a las siguientes declaraciones:

Declaración Referencia de Números 23, 24 o 25
Cuando Dios bendice a sus hijos nadie puede evitarlo.
Podemos perder nuestra bendición cuando somos infieles.
La idolatría no es únicamente adorar imágenes.

Tercer ejemplo: “la contradicción de Coré” – fue un levita, primo de Moisés (Éxodo 6:18-21).
Lea Números 16 y haga su propio resumen de lo que pasó.

 
 
 

¿Cuál es la contradicción de Coré?
El tercer ejemplo de Coré hemos estudiado anteriormente. Él rechazó el mediador enviado por Dios y blasfemó de las dignidades superiores escogidas por Dios (Números 16:31-33). Quería ejercer una función a la que no tenía ningún derecho. Tras dirigir una rebelión contra Moisés y Aarón, Coré y sus seguidores fueron tragados por la tierra. El juicio contra los falsos maestros es tan seguro que están hablando como si ya hubiesen perecido, al igual que Coré. Para los falsos maestros, Coré es su ‘líder’. Coré representa al que se niega a aceptar la autoridad de Dios.
Alrededor de mil trescientos años después, durante el ministerio de Jesús, una reacción oficial era inevitable. Esta llegó de los principales sacerdotes y los ancianos – los oficiales responsables del templo. Jesús estaba, implícitamente, atribuyéndose una autoridad que amenazaba la supremacía de ellos. Siguió hablando a los escribas y fariseos directamente con los ayes por causa del abuso de autoridad que tuvieron como líderes religiosos del pueblo de Dios.
Descubra los ayes en Mateo 23 y resuma su significado:

El “ay” El significado
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v.
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Los primeros tres ayes describen las enseñanzas de los fariseos, los últimos tres su carácter religioso, mientras el cuarto contiene los dos. (También se encuentra siete ayes después de la parábola de la viña en Isaías 5:8 – 6:5.)
El verdadero liderazgo se puede ver en Jesucristo. Él nos llama:

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”. (Mateo 11:28-30)

El yugo tenía el propósito de aliviar la incomodidad al llevar una carga pesada. Pero también simbolizaba la obediencia y la aceptación de la responsabilidad. Los rabinos con frecuencia hablaban de asumir “el yugo de la ley”, y bajo la dirección de éstos la carga se podía hacer pesada. El yugo de Jesús, en cambio, es fácil, no porque su llamamiento al discipulado sea menos exigente, sino porque nos hace discípulos de uno que es manso y humilde de corazón. La clave radica en la invitación personal: Venid a mí.

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