Relacionándonos con la Muerte de Jesús: Como Nos Salva Su Muerte

En semanas pasadas vimos a grandes rasgos un poco acerca de quien es Jesús; sus antecedentes en la profecía, y un par de ilustraciones de su grandeza como hombre y maestro. [Cristo no es segunda persona de la supuesta trinidad: ver hoja aparte.] Y enfaticé que Jesús es el principio de toda la creación de Dios, no significando que Dios lo hizo primero, sino que desde que antes que Dios pusiera la primera piedra en este proceso, antes que Dios hiciera cualquier otra cosa, tenía que haber pensado en Cristo, y todo lo demás que ocurre en la historia bíblica y humana fue diseñado para producir una sola persona, Cristo. Y Jesús logra su objetivo, que es el de destruir el pecado en su propia vida.

Y la pregunta entonces es que habiendo Jesús logrado destruir el pecado, para resucitar a vida eterna, como podemos lograrlo nosotros? Pues la triste realidad es que todos nosotros estamos tan lejos de la perfección que no da ni risa. no hay posibilidad alguna que lleguemos a ser perfectos, ni casi perfectos. Ese momento se perdió para siempre cuando teníamos unos 4 o 5 años, cuando primero tuvimos conocimiento de lo que debiéramos haber hecho, e hicimos lo contrario. Y para cada uno de nosotros, desde ese momento el pecado solo se ha ido acumulando mas y mas, hasta el momento que vivimos ahora, que estamos literalmente podridos en nuestros pecados.

Así que, como nos ayuda lo que Cristo hizo? Bueno, tenemos pasajes generales como I Cor 15:3 – Primeramente os he enseñado, que Cristo murió por nuestros pecados. Así que Cristo no muere solo para destruir el pecado en su propia vida, muere por nuestros pecados; en alguna forma nos ayuda a nosotros.

Y cuando pensamos en la muerte de Cristo, y como nos afecta, tendemos a pensar en pasajes como:

  • Romanos 5:6 – Cristo, cuando aun éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.

  • Romanos 5:8 – Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros.

Y al leer estas palabras, como las entendemos? Bueno, para nosotros, hay dos formas de entenderlas:

  • Cristo murió en vez de nosotros.

  • Cristo murió para beneficio nuestro.

Que yo sepa, todas las iglesias Cristianas menos la nuestra creen en una variación sobre la primera idea: Que Cristo murió en lugar nuestro. De allí nacen las ideas de los evangélicos que uno solo tiene que creer en Cristo y ya se salvó porque Cristo lo ha hecho todo; y también la idea, que mas he oído de Católicos, que tenia que ser Dios, porque como puede morir un hombre por los pecados de millares de hombres?

Tenia que haber sido mas que un hombre para morir por todos.

Pero la Biblia es clara, si no hubiera tenido una naturaleza como la nuestra, de nada nos hubiera servido lo que hizo:

  • Hebreos 2:14-18 – Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, el también participó de lo mismo.. porque ciertamente no socorrió a los ángeles. por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos. Para que nosotros nos beneficiáramos, tenía que ser igual a nosotros.

Además, con la idea que Cristo murió en lugar nuestro, hay varios problemas:

  • Que justicia hay en que un hombre inocente muera en lugar de los pecadores?

  • Que concepto tenemos de Dios, que está enfurecido por los pecados de los hombres, y lo único que quiere es el derramamiento de sangre de un hombre inocente para aplacar su ira?

  • Si Cristo ‘pago’ la deuda con su sangre, entonces ya no somos salvos por el perdón, la gracia de Dios, sino que Dios ha recibido el pago de la deuda de otros. Si yo le debo 1000 dólares, y otro le paga a usted en mi lugar, usted no ha perdonado la deuda; no ha habido misericordia.

  • Si el poder de la salvación estaba en su muerte, porque tenemos pasajes como I Corintios 15:17, que dicen que ‘si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aun estáis en vuestros pecados’?

  • Si el murió en mi lugar, porque yo todavía muero?

  • Si el murió en mi lugar, porque resucitó?

  • Si el murió por todos, porque todavía hay algunos que no se salvan?

Así que nos parece que hay varios problemas fundamentales con los conceptos de las iglesias, y también es contrario al mensaje de la Biblia. Examinemos entonces el tema de la salvación por medio de la muerte de Cristo:

  • Mateo 26:28 – Esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.

  • Hebreos 10:19 – Teniendo libertad para entrar en el lugar santísimo por la sangre de Jesucristo…

  • Efesios 2:13 – Pero ahora…vosotros que otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.

  • I Juan 1:7 – La sangre de Jesucristo su hijo nos limpia de todo pecado.

  • Apocalipsis 1:5 – Y nos lavó de nuestros pecados con su sangre.

  • Apocalipsis 5:9 – Con tu sangre nos has redimido para Dios…

Pero estos pasajes no implican que la sangre tuviera un poder especial, que fuera un liquido milagroso. Hablar de su sangre es otra forma de hablar de su muerte:

  • Hebreos 10:10 – En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

  • Hebreos 9:15 – Así que por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones…

  • Hebreos 2:9 – Coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

  • Colosenses 1:21-22 – Y a vosotros también… ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte.

  • Romanos 5:10 – Fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su hijo…

Así que somos salvos en la muerte de Cristo, pero en que forma?

A nosotros nos parece que la salvación no ocurre simplemente con que Cristo haya muerto, sino en que muramos con Cristo.

[Filipenses 2:5-8.] En estos versículos ocurre la frase que dice que se ‘despojó a si mismo’. Y que significa? [Que no tomó en cuenta sus propios atributos, preferencias, necesidades, sino que se adaptaba, por compasión, a las necesidades de los demás]

Y nosotros tenemos esa misma responsabilidad en el servicio que le damos a nuestros hermanos, y a nuestros prójimos en general: si vamos a lograr servirles, nos tenemos que despojar a nosotros mismos, para hacernos enteramente disponibles a las necesidades de ellos. Esto significa muchas cosas: tenemos que despojarnos de las ideas que tenemos acerca de nosotros mismos, que somos de tal clase social, tal nivel de educación y cultura, de la sierra o la costa, anciano en la iglesia, mayor de edad… todo esto lo tenemos que desechar.

Aquí mismo en Filipenses, Pablo habla de que el, en cuanto a la carne, tiene mucho de que gloriarse; Filipenses 3:5-8. Todo esto él ahora lo considera como basura (el sentido de la palabra en el griego es de lo que se tira a los perros, desperdicios), para ganar a Cristo.

Y de la misma forma en que en el servicio a otros tenemos que desechar esas características personales que tenemos, igualmente tenemos que despojarnos de las rutinas o costumbres que puedan ser un impedimento a nuestras relaciones con otros. Todo lo que somos y hacemos, tenemos que analizarlo para eliminar de nuestras vidas el dominio de la carne: aun las simples rutinas, que comienzan a controlarnos, las cosas que hacemos habitualmente, pero que si llegan a ser parte de la persona que somos, vamos a perder la flexibilidad necesaria para ponernos a la disposición de los demás.

Si al volver del trabajo, me acostumbro a sentarme media hora a leer el periódico, que pasa con mi esposa, que quizá ha estado encerrada todo el día con mis hijos? O si quiero leer durante el desayuno, pero mis hijos quieren conversar conmigo? O si estoy acostumbrado a salir con mis amigos por las noches, pero hay un hermano que esta teniendo problemas con su fe, pero no le quiero preguntar que como van las cosas, porque se que a lo mejor me va tocar ofrecerle reunirme con él esa noche, así que mejor no le digo nada…

Y esto nos empieza a dar una idea entonces de lo que nos esta tratando de decir Jesús cuando dice que el que no lleva su cruz y viene en pos de mi, no puede ser mi discípulo.

Mateo 16:21-27.

  • Que estaba diciendo a los discípulos? [Que tenía que subir a Jerusalén, a morir]

  • Y que le respondió Pedro? [Señor, ten compasión de ti]

  • Y como le responde Cristo? [Sumamente fuerte]

Y en las palabras de Cristo, y el consejo de Pedro, tenemos un resumen de la diferencia entre la forma divina de pensar, y la humana. Entre poner la mira en las cosas de Dios, o las de los hombres.

  • Cristo dijo: voy a entregar mi vida.

  • Pedro dijo: ten compasión de ti mismo.

Y esta es una tendencia tan puramente normal, y humana. De tener compasión de nosotros mismos. En que forma podemos demostrar esta actitud de tener compasión de nosotros mismos? [Puede ser desde simplemente tener una consideración indebida por nuestras propias necesidades, hasta el extremo que hasta nos sentimos lastima por nosotros mismos, y descendemos a una situación donde no tenemos la capacidad de preocuparnos por otros, por la preocupación que tenemos por nosotros mismos.]

Y Jesús le termina de responder, diciendo que no pone la mira en las cosas de Dios (y como demostramos nuestro amor por Dios? con el amor/servicio por el prójimo), sino en las de los hombre (que nos dicen que nos tenemos que cuidar a nosotros mismos).

Y que le dice Cristo después?(v.24) [El que me quiere seguir, niéguese a si mismo – la misma idea de despojarnos a nosotros mismos, de Filipenses – tome su cruz, y sígame.]

Y a continuación nos da una explicación de lo que es ‘tomar nuestra cruz’: perder la vida, por causa de él.

Que significara perder la vida por causa de el? [Desaprovechar oportunidades de esta vida, por darle nuestra vida a Cristo.]

Veamos otro pasaje paralelo, en Juan 12:23-25. Que dice? [el grano…] Que significa? [Que tenia que morir, para que naciera el fruto] Y respecto a su vida? [El que ama su vida en este mundo, la va perder; y el que aborrece su vida en este mundo, se la reserva para la otra.]

Así que hablemos de esto por un momento; que se nos esta diciendo? Que cosas son las que tenemos que despreciar en esta vida, para poder ganarnos la otra?

Esta vida tiene muchas oportunidades, cosas que nos podemos perder: ver la película X en el cine, salir con algún amigo, visitar algún lugar, tener una relación sexual con una compañera o un compañero de trabajo, relajarnos tomando unas cuantas cervezas con algún amigo, sacar una carrera que nos estabilice económicamente, aceptar un empleo que nos de mucho dinero, pero que esté lejos de la familia o la iglesia, ver en la televisión el programa X, o ver televisión en un televisor de 32 pulgadas, en vez de uno de 19; comprar un carro un poco mas deportivo y menos práctico para poder divertirnos un poco mas manejando, aunque ya no podamos llevar tantos pasajeros, aceptar un acenso en el trabajo pero que nos va a obligar a trabajar fines de semana.

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Una ayuda que tenemos en alcanzar este objetivo, lo podemos deducir de lo que nos dice Pablo en [I Cor 1:26-29]. La mayoría de nosotros realmente no tenemos oportunidades ni tan grandes, porque Dios no ha llamado a los ricos y poderosos al evangelio, sino a los pobres y humildes. Así que creo que francamente, no muchos de nosotros tenemos tan grandes cosas en esta vida; no estamos dejando de ser millonarios por el evangelio, ni de ser presidentes de alguna empresa, ni de casarnos con mujeres o hombres ricos y bellos que nos van a adorar toda la vida. Y hay que tener cuidado que no se nos vaya toda la vida por el inodoro, y la vida eterna también, por estar buscando tonterías inalcanzables.

Pero a pesar que la realidad es que aunque realmente no tenemos cosas tan grandes que sacrificar, la carne nos puede traicionar con la ilusión que si podríamos. por ejemplo, cuando estamos teniendo problemas en nuestro matrimonio, y el compañero o la compañera de trabajo que siempre nos escucha, que nunca se queja de nada, nunca nos critica, siempre es compasiva. nuestra mente nos puede hacer pensar que si dejáramos a nuestra esposa, que con la otra serían diferentes las cosas. y nos comenzamos a justificar: me casé muy joven, y realmente no sabía aun lo que quería; yo me he desarrollado mentalmente, pero mi esposa no cambia, y la estoy dejando atrás intelectualmente; no somos compatibles socialmente, ella no quiere salir con mis amigos, ella no se interesa en mi trabajo, solo peleamos y eso está perjudicando a mis hijos, mejor fuera que nos separáramos…. y me hiciera disponible para la otra que parece tan agradable…

O con el trabajo: nos podemos justificar pensando que tenemos que trabajar duro por algunos años para salir adelante, para el bien de nuestros hijos. pero que pasa si nos va tocar morir a los 50, o a los 40? creemos realmente que Dios nos va dar lo necesario para vivir? porque si lo creemos, nuestros hijos y nuestras esposas no necesitan nuestro dinero, no necesitan de nosotros.

Somos muy hábiles para justificarnos a nosotros mismos, y las decisiones que tomamos, y solo por medio de la luz constante de las escrituras, podemos eliminar estos puntos de oscuridad de nuestras vidas. Y Jesús reconoce que el proceso es doloroso, a veces MUY doloroso. La muerte nunca es agradable, y se nos está diciendo que tenemos que ponernos a muerte.

Veamos Mateo 18:8-9.

Que está diciendo Jesús? [Que a veces tenemos que hacernos cirugías muy dolorosas para entrar al reino de Dios. Tenemos que desprendernos de ciertas ideas que tenemos acerca de quienes somos, o de cual será nuestro futuro.]

Que cosas nos pueden hacer perder el reino, cosas que nos pueden ser muy doloroso dejarlas?

  • deporte, amigos, carrera, tener casa, o carro, estudios.

  • si estas cosas no están en un lugar adecuado de nuestras vidas, y no los podemos llegar a dominar, hay que cortarlos. Y a veces no es la culpa del trabajo, de los amigos, sino nuestra, por no poder controlarnos. Por eso hay que ser sinceros con nosotros mismos, y reconocer que no nos podemos controlar, y cortar.

Todas estas cosas nos pueden ser como un ancla que nos no permite avanzar espiritualmente, que no nos permiten desarrollar frutos para Dios.

  • Mt. 16:26 – Que provecho, que nos ganemos el mundo, y perdamos nuestras almas? Al final, cuando estemos delante del trono de Cristo, que justificación le vamos a poder dar? Creeremos en ese día, que valió la pena?

Ahora, el morir con Cristo tiene otro sentido también.

Vamos a I Pedro 4:1-3. Pedro habla que Cristo padeció por nosotros en la carne, murió por nosotros, pero así como nosotros tenemos que poner a muerte a diario nuestra naturaleza carnal, también hay un determinado momento en nuestras vidas en el cual tenemos que hacer algo mas, porque Pedro aquí habla de haber ‘terminado con el pecado’, y de un momento de transición en nuestras vidas.

Vamos a Romanos 6:7 – El que ha muerto, ha sido justificado del pecado. De que está hablando? que cualquier persona, al morir, se le perdonan todos los pecados? No, veamos el contexto:

  • v. 3-4 – En el bautismo, somos sepultados juntamente con él.

  • v. 5-6 – En el bautismo, estamos matando a la persona que éramos antes, a la persona de la carne, y así como sumergirnos en las aguas del bautismo simboliza la muerte del viejo hombre, así el volver a salir representa la resurrección de Cristo; que posterior a su resurrección, él ya no está sujeto al pecado; el pecado ya no le domina.

Y así es con nosotros: antes del bautismo, somos esclavos del pecado, y no importa cuantas buenas obras hagamos, no podemos borrar esos pecados, y esos pecados nos van a matar. Pero al bautizarnos, estamos dejando en el agua, muerta, a la persona que éramos antes, con sus pecados, y hemos salido una persona nueva, que ha entrado a una relación diferente con Dios, con acceso al perdón de pecados en forma constante.

  • v. 11 – Consideraos muertos al pecado…v. 14 – porque aunque pequemos, ya no estamos bajo ley, sino bajo gracia.

Así que Cristo, en esta vida, no pide mucho: nos pide la vida. Pero que vida, una vida carnal, mortal, vendida al pecado, llena de frustraciones, injusticia… nos pide esa vida, que la abandonemos, para unirnos con él en una muy superior. Pero ES doloroso… sin embargo, hay que enfocar la vista en el objetivo final, y en nuestra participación con Cristo, en el reino de su Padre…

  • Heb 12:1-2 – Tantos han corrido antes que nosotros, así que teniendolos a ellos como ejemplos, despojemos de todo peso, y del pecado (en el bautismo), y luchemos con paciencia, siguiendo el ejemplo de Cristo, el cual despreció las dificultades de esta vida, y el tener que dar su vida, por el gozo que estaba puesto delante de el.