Capítulo 21 — Invitación A La Boda

Las bodas de la realeza son eventos especiales. Proporcionan un espectáculo digno de verse. El traje de la novia, primero es sujeto de especulación y luego causa de maravilla y admiración cuando ella se baja del carruaje y es iluminada por la luz del sol. El novio, aunque usualmente de más alto rango, pasa a segundo lugar.

Los huéspedes invitados y los miembros de las dos familias tienen asientos privilegiados y se complacen en la iluminación reflejada hasta el fin del día.

Las invitaciones a la boda usualmente se envían a familiares y amigos. Los padres de la novia son los anfitriones. Es al mismo tiempo una celebración matrimonial y una fiesta de despedida para la novia, quien de aquí en adelante establecerá un hogar con su esposo.

Así es como normalmente se hacen y tienen lugar las cosas acostumbradas.

¡Pero No Siempre!

Hay una notable y regia excepción. La invitación ha sido enviada a la novia y, muy excepcionalmente, la cena nupcial y el vestido de la novia serán provistos por el novio y el padre de él.

Quizá la más grande sorpresa de todas es que el novio y la novia nunca se han visto uno al otro. Nunca se han conocido verdaderamente.

No, no es un matrimonio ‘arreglado’. La novia sabe todo respecto del novio. Nada ha sido mantenido en secreto. Mejor aún, el novio ha escogido personalmente a la novia. Y en respuesta a la antigua pregunta, “¿Quieres a este varón?”, ella ha dicho, “Sí, lo quiero.”

Invitaciones A La Boda

Esta no es como otra invitación real, porque por lo general es maltratada y rechazada… Pero la boda no se cancelará, sino que será más espléndida y gloriosa que cualquier otra boda real. La novia estará allí de blanco con incrustaciones de oro y entrará con alegría y regocijo en el palacio del rey. La pareja bendita se deleitará completa y mutuamente y su amor nunca decaerá.

Entonces ¿qué decir del modo en que la invitación es tratada? Primero, debemos echar una mirada a la madre de la novia.

La Madre De La Novia

Ella es de lo más inusual: ¡es una ciudad! ¡Su nombre es Jerusalén, la cual es de arriba, la madre de todos nosotros!

¿Qué clase hija puede tener tal madre? ¿Cómo será ella?

“Yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.” Apocalipsis 21:2

Se dice entre humanos que los buenos matrimonios se hacen en el cielo. Esto es ciertamente verdadero en este caso. Esta bella esposa ha sido formada en el taller divino en los cielos. ¿Como puede ser esto? ¿Está la novia realmente en el cielo? No. Este es el cielo del Divino Arquitecto. De acuerdo a sus diseños, la novia es formada en la tierra. Pero no será revelada en toda su belleza sino hasta que el novio esté también en la tierra.

¿Por Qué El Novio Nunca Ha Visto A Su Novia?

Simplemente porque una gran parte de ella está muerta y con la parte viva espera el llamado del novio:

“Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.
Porque he aquí ha pasado el invierno,
Se ha mudado, la lluvia se fue;
Se han mostrado las flores en la tierra,
El tiempo de la canción ha venido,
Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.
La higuera ha echado sus higos,
Y las vides en cierne dieron olor;
Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.”
Cantares 2:10-13

Ese será un día cuya semejanza nunca habrá sido vista: la novia es despertada de su sueño en el polvo de la tierra, y junto con los vivientes, y después del juicio, ella será vestida con las vestimentas del Espíritu:

“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.” Apocalipsis 19:7,8

Este evento trascendental comenzó a prepararse en el Calvario cuando el costado abierto por la lanza de un soldado romano prefiguró la nueva Eva que sería tomada del costado del Más Grande que Adán. Se consumará en un abrir y cerrar de ojos cuando esta corrupción se vista de incorrupción.

¿Qué Hay De La Invitación A La Boda?

Fue expedida en el palacio real de los cielos y lleva el sello de Cristo mismo. ¿Por qué entonces es en parte muy mal tratada? Nunca hubo una invitación tan regiamente entregada y nunca antes se les ha prometido a los invitados un presente tan precioso. ¿No fue aceptada la invitación? Ciertamente hubo algunos que dijeron ‘No.’ Pero las más grande desilusión corresponde a aquellos que han aceptado. Muchos de ellos no estarán en la cena nupcial. No es el novio quien ha cambiado de parecer, porque él siempre es fiel. No, son aquellos quienes, aunque forman parte de la que será novia, han sido infieles en el cumplimiento de su compromiso. Algunos no han vivido una vida digna del novio; otros han amado a alguien más que al novio; mientras que otros han sido negligentes como si el día de la boda nunca llegaría o como si ellos nunca lo pensaron en serio.

Demasiado tarde, descubren la tremenda verdad de que es Cristo o nada. Las alternativas, ya sea elección deliberada o negligencia, son meras ilusiones. Sin Cristo no habrá vida de ninguna clase. En vez de felicidad eterna y gloriosa, habrá el silencio del polvo después del angustioso remordimiento y también el reconocimiento de que han traicionado al Único que los amó.

¿Prudente O Insensato?

La decisión es nuestra. En el espejo de nuestras amistades, noviazgos y bodas siempre debemos ver a Cristo. El transforma las cosas pasadas de esta vida en promesas y principios de la era dorada que viene.

Lleve la invitación a la boda cerca de su corazón y recuerde:

“Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero… Estas son palabras verdaderas de Dios” Apocalipsis 19:9