La mujer adúltera (Juan 7:53- 8:1-11)


Lea Juan 7:53-8:1-11
 

Un problema textual – Juan 8:1-11 –

Se notan los apuntes en las siguientes versiones de la Biblia:
Nueva Versión Internacional – Tal vez esta historia no haya pertenecido originalmente al Evangelio de Juan. No aparece en ninguno de los manuscritos más antiguos, y los que lo tienen, a veces lo colocan en otro lugar…
La Biblia de Jerusalén añade – …su canonicidad, su carácter inspirado y su valor histórico están fuera de discusión.
La Biblia Herder – El relato de la mujer adúltera falta en todos los manuscritos griegos más autorizados. Algunos, secundarios, lo colocan después de Lucas 21:38. Otros, al final de Juan o después de 7:34. Puede tener origen apostólico (y, en general, se le recibe como inspirado) pero muchas de sus peculiaridades delatan un origen distinto del Evangelio de Juan.
Aun cuando este pasaje no aparezca en los primeros manuscritos, no hay razón para dudar de la veracidad de este relato. Es extraño observar que Juan nunca usa la palabra “escribas”, pero aquí sí lo hace.
 

La mujer adúltera

Mientras Jesús estaba en Jerusalén, muchas veces pasaba la noche en el monte de los Olivos y volvía a la ciudad al siguiente día. Aquí leemos acerca de una confrontación surgida entre la coalición escribas-fariseos y Jesús; esto, en realidad era una trampa, ya que aquellos hombres buscaban una nueva razón para deshacerse de Él. Entonces, trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio (en el acto mismo v. 4).
(¿Cómo supieron dónde estaba?) Ellos no eran impulsados por un sincero respeto a la ley de Dios, sino por el deseo de sacar de en medio a Jesús.

Vamos a ver lo que dice la Ley
Levítico 20:10
 
 
Deuteronomio 22:22-24
 
 

Es evidente que ellos no se interesaban en el caso en sí, ya que sólo trajeron a la mujer y no al hombre (¿Por qué?). La trampa consistía en que Jesús debía tomar una decisión:

  • ya sea en favor de la mujer – Si hubiera dicho que no la apedrearan, lo habrían acusado de socavar la Ley –.
  • en contra de ella – Si hubiera dicho que la apedrearan, habría ofendido a los romanos ¬–. (Los romanos no les permitieron a los judíos llevar a cabo la sentencia de muerte – Juan 18:31 –)

En primera instancia Jesús no responde.
Escribe con el dedo en la tierra (v. 6). ¿Por qué?

  • ¿Sería que Jesús estaba ganando tiempo para analizar bien lo que ellos estaban haciendo y así no dar una respuesta precipitada?
  • ¿Quería Jesús obligar a los acusadores a repetir su acusación?
  • ¿Sentía un intolerable sentimiento de vergüenza?
  • ¿Puede ser que no quiso mirar a la mujer porque estaba… desvestida? ¿Quizás porque fue “sorprendida en el acto”?

Escribió en la tierra. ¿Qué escribió?

  • ¿El nombre del hombre que estuvo con la mujer?
  • ¿Los pecados de los acusadores?
  • Deuteronomio 22:22 – ¿y dónde está el hombre? –
  • ¿Es posible que Jesús se esté refiriendo a Jeremías 17:13, en donde se dice proféticamente: “Los que se aparten de mí serán escritos en el polvo”’. Así que aquellos hombres, habiéndose apartado de Dios, estaban frente a un hecho cuya gravedad no era menor que el de la mujer.

Jesús escribió una segunda vez (v. 8) ¿Qué escribió? ¿Los nombres de los acusadores?
Juan 8:7 Pero cuando sus adversarios insisten en preguntarle, Jesús les responde que Él se mantiene de acuerdo con la ley, confirmando lo que establece Deuteronomio 17:7, que los testigos debían tirar la primera piedra. Aquí aprovecha Jesús para alcanzar sus conciencias, agregando: “El que de vosotros esté sin pecado…”. De esta manera les muestra tanto su hipocresía como su propia culpa frente a Dios.

Este incidente nos dice mucho de Jesús y de su actitud hacia los pecadores.
Escriba lo que usted piensa con respecto a las frases siguientes:
Sola la persona que fuera sin falta podría emitir un juicio sobre las faltas de otros.
 
 
Nuestra primera reacción hacia alguien que ha cometido un error debe ser la compasión.
 
 
Debemos comprender exactamente como trató Jesús a aquella mujer.
 
 
En Jesús tenemos una segunda oportunidad.
 
 
 
Las autoridades querían condenar. Jesús, perdonar.
 
 
 
Jesús enfrentó a la mujer con un desafío.
 
 
 
Jesús le dio a aquella mujer la posibilidad de escoger uno de los dos caminos.
 
 

Un contraste de actitudes y reacciones

Escribas y fariseos Jesús
Eran los expertos legales de su tiempo. Uno de los principios de Jesús era que sólo la persona sin falta podría emitir un juicio sobre las faltas de otros.
Su concepción de la autoridad era crítica, censura y condenatoria.
 
Su concepción de la autoridad era de crítica, censura y condenatoria.
 
La compasión debe ser la primera reacción hacia alguien que ha cometido un error.
No miraban a esta mujer como la persona que era. Para ellos, no tenía nombre, ni personalidad, ni sentimientos.
 
No miraban a esta mujer como la persona que era. Para ellos no tenía nombre, ni personalidad, ni sentimientos.
 
La actitud de Jesús hacia el pecador implica una segunda oportunidad: vete y no peques más.
(Juan 8:11)
 
La actitud de Jesús hacia el pecador implica una segunda oportunidad: “vete y no peques más”.
(Juan 8:11)

El relato nos deja con una pregunta más todavía.
En Juan 8:6 leemos “Esto decían probándole”. Hemos hablado de dos aspectos de esta prueba pero nos hace falta algo mucho más siniestro. Se habían dedicado a forjar algunas acusaciones para desacreditar a Jesús. Evidentemente, con mucho cuidado, habían investigado sus orígenes.

Juan 9:29 “Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés, pero respecto a ese, no sabemos de dónde ha salido.”
Juan 8:41 “Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: ¡Nosotros no hemos nacido de fornicación! ¡Un padre tenemos: Dios!”
Juan 8:19 “Ellos le dijeron: ¿Dónde está tu padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me conocierais, también a mi Padre conoceríais.”

¿Por qué le responden de esa manera? ¿Acaso conocían algo que afectara la honra del Mesías? Según ellos ¿quién era el padre de Jesús? No es difícil comprender los pensamientos perniciosos de los fariseos. Desde el punto de vista de la ley judía, el adulterio era un grave delito. Al decir “Sí, hay que apedrearla”, la respuesta de los acusadores puede ser “¡Entonces apedreamos a su madre también!” (Juan 8:41). ¿Por qué razón? En la segunda parte de este pasaje, los escribas, en forma solapada, lanzan una temeraria acusación que involucra a su madre.
 

Punto de reflexión

¿Este pasaje nos enseña la actitud que debemos manifestar en nuestra vida?
Los escribas y fariseos querían condenar; en tanto que Jesús quería perdonar.
El desafío para nosotros es también procurar ‘un cambio de vida’. Aquí nos encontramos con la elección eterna. Jesús nos da la oportunidad de escoger entre un camino peligroso o iniciar una nueva vida andadura con El como nuestro ejemplo.

Continue leyendo:
Bibliografía